Es el principal impulsor de la exitosa introducción del cóndor de California a las montañas de Baja California en México, donde ha logrado establecer una población creciente y saludable de esta especie. De formación bióloga, Juan se convirtió en montañero profesional y espeleólogo de rescate, así como en uno de los principales expertos de México en aves rapaces, con un área de especialización en el comportamiento del águila real. Durante varios años trabajó como rehabilitador y gerente de campo para la Fundación ARA, en Monterrey México, una ONG que lucha por la conservación del águila real, el halcón peregrino y los loros y guacamayos en peligro de extinción. Esto le otorgó la experiencia y los conocimientos necesarios para manejar con éxito una población salvaje de cóndores. Un día normal en la vida de Juan puede ser como cuidar a un polluelo de cóndor en su nido en la Sierra Mártir de San Pedro, colgando de un acantilado de mil pies de altura, o cuidar a varios cóndores cautivos en un aviario para protegerlos de un incendio forestal que se acerca peligrosamente a las instalaciones.

Es un guerrero ambiental formado en biología y química, con un profundo conocimiento del mundo natural. Sus años de experiencia e investigación en la Fundación ARA sobre la reproducción y alimentación de unas 90 especies de aves prepararon a Catalina para manejar estos magníficos carroñeros. Durante más de 20 años de investigación, ha llevado un registro de la vida de cada cóndor. Ella y su equipo rastrean las trayectorias y la geolocalización de cada cóndor todos los días a través de dispositivos GPS. Asimismo, trabaja diariamente, captura toda la información recopilada de los transmisores satelitales en su computadora y prepara informes para agencias gubernamentales y donantes de subvenciones. Sin su pasión, compromiso y compromiso salvaje con la causa, no habría resultados concretos. Además de estos destacados logros, también es una fotógrafa increíble. Recientemente, capturó el momento único en el que un halcón peregrino ahuyentó a un cóndor de su territorio, una imagen maravillosa.

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Fue la primera fuerza impulsora del regreso del cóndor de California a las montañas del norte de Baja California, México. Fue un gran aventurero que siempre buscó desafiar las posibilidades. Dirigió el equipo de recuperación del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los EE. UU. del cóndor de California y fue el coordinador del programa para el Plan de supervivencia de especies del cóndor de California. Wallace también fue el curador de aves y conservación del zoológico de Los Ángeles. También trabajó en la Sociedad Zoológica de San Diego como científico de vida silvestre en la División de Ecología Animal Aplicada de CRES (Conservación e Investigación de Especies en Peligro de Extinción). En 1985 estudió el cóndor andino en Perú. Mike, como lo llamaban sus amigos, supervisó la liberación de Cóndores de California criados en cautiverio en la Sierra de San Pedro Mártir, en Baja California, México desde los inicios del programa. Le apasionaba el programa de reintroducción y siempre lo apoyó. Dominó la técnica de marcar a los cóndores y se la enseñó pacientemente a Juan y Catalina. El programa le debe mucho. Murió en 2020 con la tranquilizadora certeza de que al menos 40 cóndores de California vagaban libres por las montañas de México.