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AMENAZAS

Hay ocho amenazas principales para el cóndor. Cada individuo es muy valioso para la supervivencia a largo plazo de la especie. El acervo genético individual ayuda a toda la población. El conocimiento de los cóndores mayores es invaluable para los más jóvenes. Es importante no perder a un solo individuo.   

 

1. BASURA

 

Alimento para cóndores sobre la carne de animales en descomposición. Mientras comen, tragarán pedazos y pedazos de los huesos de la canal, de los cuales obtienen calcio y otros minerales esenciales. Estos grandes carroñeros buscan constantemente comida de cualquier fuente posible. En su búsqueda, a menudo encuentran pequeños pedazos de plástico, metal, vidrio y otros objetos duros hechos por el hombre, ya sea en basureros humanos o esparcidos por la naturaleza. Incapaces de distinguir estos objetos duros de los huesos, los cóndores se los tragan, lo que eventualmente resulta en enfermedad o muerte. Además, los padres de cóndor alimentan a sus polluelos con alimentos contaminados con microbasura dañina. Como todas las demás rapaces, los cóndores pueden regurgitar para deshacerse de los objetos no deseados que no pueden digerir, pero en algunos casos la contaminación es tan severa que las aves no pueden regurgitar todos los objetos. Si los administradores de la vida silvestre detectan este problema a tiempo, las aves deben someterse a una cirugía para eliminar todos esos objetos no deseados de sus cuerpos o, de lo contrario, perecen.

 

En la siguiente fotografía se puede ver una selección de basura recolectada de los perdigones que regurgitaron los cóndores en el Parque Nacional Sierra San Pedro Mártir. En estas áreas remotas se pueden encontrar objetos que van desde tapas de botellas, vasos pequeños, globos y papel de aluminio hasta los ubicuos cinturones de plástico.

 

 

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2. ENVENENAMIENTO CON PLOMO

 

Dado que los cóndores comerán cualquier objeto duro que se encuentre en un cadáver, a menudo tragan municiones de plomo de la caza cercana que los cazadores dejaron en el monte. No solo las municiones son un problema; cuando una bala golpea a un animal, deja fragmentos de bala retenidos compuestos de plomo a medida que la munición se rompe a través del animal, que a su vez son consumidos por las aves. El plomo es la principal causa de muerte de las poblaciones de cóndores en estado salvaje.

 

3. PRODUCTOS QUÍMICOS Y OTRAS SUSTANCIAS VENENOSAS

 

Es un hecho bien conocido que el DDT, un poderoso insecticida utilizado durante la primera mitad del siglo XX para controlar las poblaciones de insectos, destruyó muchas poblaciones de aves en todo el mundo. Las aves que se alimentan de otros animales eran particularmente vulnerables porque el DDT se bioacumuló en toda la cadena alimentaria, adquiriendo los niveles más altos en los cuerpos de los animales de los que se alimentan las aves rapaces. Estas aves se vieron tan afectadas por esta sustancia venenosa que la cáscara de sus huevos se adelgazó hasta el punto de romperse, lo que dificultó considerablemente la reproducción exitosa. Los herbicidas y pesticidas en la agricultura representan una gran amenaza para la vida silvestre, incluso en lugares remotos como la Sierra San Pedro Mártir.

4. LÍNEAS ELÉCTRICAS

La electrocución es otra causa importante de muerte de aves. Cuando un ave hace contacto con dos partes diferentes del cuerpo en diferentes cables, un alto voltaje atraviesa el cuerpo del ave e inmediatamente provoca la muerte. Desde que el Parque Nacional San Pedro Mártir prohibió este tipo de infraestructura, la región ha estado protegida y no ha habido muertes de cóndores en el parque debido a la electrocución en las líneas eléctricas.

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5. PARQUES EÓLICOS

Desafortunadamente, hay un parque eólico muy cerca del borde norte de la Sierra de San Pedro Mártir. Las aves no pueden medir la velocidad de las aspas del molino de viento, y muchas mueren en pleno vuelo cuando chocan con sus trayectorias. No hay registro de las bajas de cóndores de Baja California por el impacto de los parques eólicos hasta la fecha.

6. INCENDIOS FORESTALES

 

Los bosques de coníferas evolucionaron con los incendios. Algunas de las semillas que se encuentran en este ecosistema necesitan incendios forestales para germinar. Los fuegos fríos queman y limpian la maleza, evitando que los fuegos cálidos se acumulen y maten árboles más grandes. Sin embargo, cuando los incendios son provocados por la actividad humana en plena estación seca, las llamas se descontrolan, provocando graves pérdidas para la vida silvestre y el equilibrio del bosque.

Foto por: Felipe León

7. DEPREDADORES NATURALES

El Parque Nacional Sierra San Pedro Mártir es un ecosistema rico y diverso que protege a grandes depredadores como el puma y el gato montés. Ambos felinos han sido captados rezando sobre cóndores juveniles e inexpertos en esta zona a través de cámaras ocultas.

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Foto por: Jaqueline Delgado

Foto por: Catalina Porras

Picture by: Mohamed Saad Luna.

8. GRIPE AVIAR

 

Los virus de la gripe aviar pueden infectar el tracto respiratorio y gastrointestinal de las aves y se han identificado en más de 100 especies diferentes de aves silvestres en todo el mundo. La influenza aviar altamente patógena (HPAI), a veces denominada gripe aviar, es una enfermedad altamente transmisible que afecta a las aves, en particular a las aves acuáticas y las aves de corral. Porque muchas especies de aves rapaces y carroñeras se alimentarán de este tipo de aves. Peor aún, las aves rapaces a menudo no muestran signos de la enfermedad hasta que están al borde de la muerte, un destino común para las aves infectadas.

9. DEFORESTACIÓN

 

Una de las posibles razones del dramático declive de la población del cóndor de California podría ser la fragmentación de su hábitat. Los cóndores son criaturas salvajes que pueden adaptarse a ciertas perturbaciones causadas por los humanos, pero cuando estas acciones disminuyen el alimento natural del que dependen, los cóndores tienen que migrar o perecer. La deforestación, como muestra esta foto tomada en la Sierra de San Pedro Mártir, siempre es adversa para la biodiversidad y para los cóndores.   

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